¿Has visto ‘La La Land’? Pues ya va siendo hora de que descubras que la realidad es bastante más gris y cruel que la que dibujan, cantan y bailan los guapérrimos Emma y Ryan. En ‘Callback’ Larry de Cecco es un actor en busca de éxito que encuentra, entre sartenazos y zurullos, que el sueño americano no es tan bonito como lo pintan.
‘Callback‘, la cuarta película del director Carles Torras llegó al Festival de Málaga hace siete meses de puntillas y salió por la puerta grande con tres premios entre ellos el de Mejor Película. Ahora llega a los cines la historia de un perdedor que por más que se empeña por agradar, por hacer las cosas de forma correcta, por encontrar su camino y que la fortuna le encuentre a él, lo único que haya es rechazo y promesas (‘ya le llamaremos’) que nunca se cumplen. Una bajona que él canaliza de una manera muy particular. Carles a la dirección y Martín Bacigalupo interpretando a Larry, ejecutan un guión escrito a cuatro manos oscuro pero brillante.
- Es la historia de un personaje que vive en una realidad paralela. Larry interpreta la realidad de una forma particular y vive inmerso en una obsesión por encajar en la cultura americana, está obsesionado con el estilo de vida americano e intentar reproducir lo que ha visto en películas. Un intento desesperado por encajar en una realidad que choca con su propia realidad.
- Cuando yo llegué a Nueva York sentí que llegaba a una ciudad fascinante que te atrapa y te motiva. La gente va allí persiguiendo sus sueños, sus objetivos y es un chute de vitalidad. Pero cuando vives un tiempo descubres que es un lugar complicado, no puedes permitirte vivir en Manhattan a no ser que seas un personaje de ‘Friends’. Y descubres un Nueva York pobre, peligroso, lleno de inmigrantes muy segregados entre negros, hispanos, judíos… Descubres un lado cruel y hostil.
- No le puteamos, es lo normal: que vayas a un cásting y no te cojan; que venga una chica a tu casa en de coachsurfing y no quiera ser tu novia; que a tu jefe no le importe una mierda lo que te pasa… Eso es lo que ocurre en el 99% de los casos. El problema es que Larry no encaja los reveses como el resto de la gente, tiene muy baja tolerancia a la frustración sobre algo que él se ha pintado y se lo ha creído y se siente engañado. Y no es el único: en Estados Unidos cada poco tiempo sale un zumbado que la lía, o sea que no es tan extraño la forma en que hemos pintado al personaje.
- La película se entiende mejor ahora que la gente sabe que un tipo como Trump puede llegar a ser presidente de Estados Unidos. Antes la gente podría decir que es un poco exagerado lo que vemos en la pantalla, pero lo que vemos encaja con lo que pasa allí. Están sumidos en ese terror irracional que está exacerbando Trump. Hace unos días salía la noticia de que han condenado a muerte a un tipo que entró en la iglesia afroamericana y se lió a tiros. Y dice que no se arrepiente. Nos documentamos en casos de este tipo para construir el personaje que acaba siendo un producto de esta sociedad.
- Los exteriores están todos rodados con un equipo pequeño. Ibamos con furgoneta, parábamos donde teníamos el lugar localizado y grabábamos con naturalidad. Nadie se para a mirar porque están tan acostumbrados.
- Hay tantas… ‘Manhattan’ de Allen, ‘Teniente corrupto’ de Abel Ferrara, que enseña también un Nueva York oculto, ‘El apartamento’ de Billy Wilder… Y no quiero decir la primera que me viene a la cabeza, que es ‘Taxi Driver’ porque luego la comparan con la mía. Cuando nos dieron el premio del Fesival de Málaga un crítico escribió un artículo que se titulaba ‘Premiar una copia’… En fin, en una época donde está todo inventado decir que es una copia …
- Porque esta es una película muy independiente y cuando llegamos a Málaga lo hicimos de tapados, no teníamos distribuidora ni apoyo de grandes canales de televisión. No salíamos en las quinielas y la gente se llevó una sorpresa. Y a partir de ahí empezamos a buscar distribuidora, luego llegó el verano, después cerramos distribución, entonces vino la Navidad que es mala época para estrenar… hasta ahora.
- Creo que los Goya están cayendo en algo que es malo para los premios y para la industria y que se ha convertido solo en un escaparate para cuatro películas, para cuatro grandes producciones, y eso no refleja lo que esta ocurriendo. Hay que buscar una forma de corregirlo para que el cine independiente tenga cabida.
Larry es un personaje carente de expresión, átono,con problemas para socializar aunque lo intenta. ¿Es así de origen o forma parte de vivir en Nueva York?
- Larry es un personaje con dificultades de adaptación, con falta de empatía… Un personaje sin emociones, que viene tarado de fábrica, pero que intenta conectar, intenta encajar, pero es un intento desesperado, ridículo y delirante. En su afán por encajar repite lo que ha visto: va a la iglesia, es cortés con la chica para formar una familia… Actúa en su vida diaria para dar una imagen que descubrimos en las escenas en el intimidad, donde descubrimos su personalidad sociopática.
- Fue más creación propia. Casi no hizo falta ni hablarlo entre Martín (el actor y coguionista) y yo. Buscábamos esa cotidianidad con que Larry hace las cosas, una frialdad pasmosa pero que es coherente con su personalidad, esa forma que tiene de crear situaciones incómodas sin proponérselo y que parece que va a estallar algo.
- Es una ciudad que produce muchas sensaciones, que hace que te sientas dentro de un decorado, una ciudad que te inspira a no ser un vago, que te inspira a dar lo mejor de ti, a pelear porque hay mucha gente con más talento que tú, más rápida… Hay mucha riqueza cultural, gente de todas partes, y si quieres descubrir los rincones secretos dile a Martin que te lleve a algún restaurante ucraniano vacío con vajilla antigua y una camarera con mala hostia. Es experto en lugares así.