Si alguien menciona ‘bottle episode’ es probable que muy pocos sepan el significado de tal término. Ahora bien, si lo sustituimos por uno de esos capítulos de series en los que, aparentemente, la trama queda reducida durante cuarenta y cinco minutos a diálogos interminables pronunciados por uno o dos personajes, el rango de conocimiento va más allá de los seriéfilos empedernidos.
Bajos de presupuesto, el menor número de personajes posible, sin estrellas invitadas, localizaciones interiores en un solo set y diálogo, mucho diálogo. Así son los ‘bottle episodes’, que nacen de la necesidad de los creadores de la serie de ahorrar costes. Al comienzo de cada temporada, los productores otorgan un presupuesto predeterminado que los directores pueden distribuir libremente por los diferentes episodios.
Como es lógico, resulta imposible realizar un reparto equitativo entre todos ellos por lo que se prioriza en función de las necesidades del capítulo. El primer capítulo suele requerir mucho más dinero del habitual, al igual que los episodios especiales de Halloween, en el caso de que se lleven a cabo. En los que más se invierte, en cambio, son dos capítulos en concreto: el último antes del habitual parón de emisión y el de final de temporada. Al fin y al cabo, un desenlace potente hace que nos olvidemos de todas las decepciones creadas en capítulos anteriores.
Entonces, si la mayoría del presupuesto corre a cargo de este tipo de capítulos, ¿cómo sufragar los gastos del resto de la serie? Fácil, con ‘bottle episodes’. Quienes mejor lo sabían eran los creadores de ‘Star Trek: The Original Series’. En una serie de ciencia ficción realizada en 1966, parece lógico que los efectos especiales se constituyeran como el groso del presupuesto. Ciertos capítulos contaban con grandes efectos mientras la gran mayoría se convertían en grandes ingenios de los guionistas. El equipo comenzó a bromear llamándolos ‘ship in a bottle’ (nave en una botella), en referencia a los típicos barcos embotellados. La acción se desarrollaba por completo en el interior de un único espacio de la famosa Enterprise y prevalecía el diálogo ante la acción. Poco a poco, el término se fue generalizando hasta ser recurrente en todas las series actuales.
Sin embargo, que un ‘bottle episode’ cuente con menos presupuesto del habitual no significa que desmerezca la calidad de la serie. Ya han sido muchas las que han demostrado que este tipo de capítulos, en los que suele lucirse el director, pueden llegar a ser extraordinarios, impecables y muy especiales, hasta el punto de convertirse en los favoritos de los fans. Y no sólo de ellos. Que sean baratos y que cuenten con una buena respuesta del público hace que los productores también se postulen fervientes defensores.
Como muestra de que cantidad no es sinónimo de calidad, os proponemos una lista con algunos de los mejores ‘bottle episodes’ de la historia de la televisión
Breaking Bad – ‘Fly’ (3×10)
Quizás sea el capítulo más controvertido de las seis temporadas. Con ‘Fly’ no hay medias tintas. O lo odias o te parece una obra maestra. Su director, Rian Johnson, demuestra el talento creativo del equipo de una serie cuando no está atado a las tramas argumentales. Que Walter y Jesse persigan durante casi una hora una simple mosca en su laboratorio puede parecer excesivo, pero los fans de la serie sabrán que supone un antes y un después en la psicología del protagonista. Mr. White deja de martirizarse por el arrepentimiento y permite que aflore el Heisenberg en el que, poco a poco, se ha convertido.
Doctor Who – ‘Midnight’ (4×10)
Una de las ventajas de los ‘bottle episodes’ es que los actores pueden demostrar, aún más si cabe, sus capacidades interpretativas. Es el caso de David Tennant, el conocido Docta, que, en ‘Midnight’, se queda atrapado en una nave con una serie de pasajeros. Su compañera de reparto en este capítulo, Leslie Sharp también está soberbia interpretando a una extraña viajera que comienza a repetir todo cuanto dicen. Russel T. Davies corre a cargo de este oscuro episodio que no es más que una exploración del lado más desagradable de la psique y una prueba emocionante de hasta qué punto la paciencia humana es posible.
Mad Men – ‘The suitcase’ (4×07)
‘The suitcase’ ahonda en la relación de Don Draper y Peggy Olson cuando ambos se encierran durante una noche en las oficinas de Sterling Cooper con el objetivo de perfeccionar el lanzamiento publicitario de las maletas Samsonite. La estructura argumental y la riqueza del guión hacen de este capítulo una auténtica lección narrativa y audiovisual. Jon Hamm lo seleccionó, además, para enviarlo a la Academia de los Emmy. Fue juzgado por él y le valió una nominación en la categoría de Mejor Actor de Drama.
Community – ‘Cooperative Calligraphy’ (2×08)
Que Annie no permita a nadie salir de la sala de estudio hasta que descubra quien le ha quitado su bolígrafo es, cuanto menos, original. Esta es la base sobre la que se construye el octavo capítulo de la segunda temporada de ‘Community’, que se convirtió en uno de los capítulos más elogiados por los fans. No obstante, no es el único ‘bottle episode’ que posee la serie. Sus creadores han sido capaces de perfeccionar este particular género en otros como ‘Critical Film Studies’ (2×19).
Friends – ‘The One Where No One’s Ready’ (2×03)
El neoyorquino apartamento que Mónica y Rachel comparten es el espacio elegido por Ira Ungerleider y Gail Mancuso, guionista y director respectivamente, para situar la trama de ‘The One Where No One’s Ready’. La ansiedad de Ross y su desesperación por tener que esperar a que sus amigos se arreglen para asistir a un evento en su museo se convierten en los claros protagonistas junto al hilarante guión en el que Rachel, Monica, Phoebe, Chansadler y Joey demuestran por qué ‘Friends’ es una de las comedias más seguidas por el público.
The Sopranos ‘Pine Barrens’ (11×03)
“Pine Barrens” es uno de los ‘bottle episodes’ más famosos de la historia de la televisión y hay quien lo sitúa como el mejor episodio de ‘Los Soprano’. Casi nada. Dirigido por Steve Buscemi, los tarugos de Paulie y Christopher están en todo su esplendor. La trama sucede en un bosque de Pine Barrens, un área natural protegida de Nueva Jersey, en mitad de un gran temporal de nieve con ellos dos y Valery, un ex combatiente ruso, ayudante de un mafioso al que no acaban de matar y persiguen por el bosque (de hecho, la serie nunca aclaró si el ruso falleció o no). En paralelo, Tony Soprano tiene una reunión con su socio Slava, jefe de Valery y no sabe qué está sucediendo. Paulie y Christopher acaban perdidos en el bosque, al borde de un ataque de nervios, uno con un zapato y el otro con una herida en la cabeza. Terminan durmiendo en mitad del temporal en una furgoneta abandonada en el bosque, muertos de frío, en uno de los episodios más cómicos de toda la serie. Simplemente genial.