Hay una gaviota en las Islas Cíes que o bien no tiene ningún respeto por la propiedad privada o bien quiere convertirse en una estrella. O bien las dos cosas a la vez. O ninguna. Enfin, que la gaviota es gallega.
El caso es que la semana pasada, harta de que le hicieran fotos sin permiso ni cobrar un duro por los derechos de imagen, les robó una cámara GoPro a unos turistas suizos que andaban de vacaciones por las espectaculares Islas Cíes. Se dio un paseíto desde Monte Faro con la cámara en el pico, la soltó un rato para grabar su perfil bueno y luego siguió grabando acantilados, mar y cielo al ritmo de su pausado vuelo.
El pájaro se cansó pronto del experimento (nadie dijo que la vida del cámara fuera fácil querida gaviota) y dejó tirada la cámara entre las rocas de manera que sus dueños consiguieron recuperarla.
El resultado de la travesura es un impresionante vídeo de poco más de un minuto que une la belleza del paisaje con el sueño de todo humano de disfrutar de la perspectiva de un pájaro durante su vuelo.
El otro resultado ha sido una enorme promoción gratuita que probablemente ni las Islas Cíes ni GoPro se esperaban: más de dos millones de visionados en Youtube desde que se subió el vídeo el 8 de julio y montones de medios internacionales, desde EEUU hasta Rusia, haciéndose eco del suceso.
La gaviota sigue esperando recibir algún reconocimiento por su contribución al turismo de las islas y al aumento de las ventas de la camarita. No me parece mucho pedir, en mi pueblo ya hicieron alcadesa honorífica a una virgen y que yo sepa nunca se hizo un triste selfie. Ahí lo dejo.
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