Desde el humo del tabaco y el alcohol de los discos de jazz, hasta las drogas de diseño de los años 90, pasando por la psicodelia de los 60, escogemos las mejores portadas de discos con las drogas como telón de fondo. La triple D: discos, diseño y drogas, en doce portadas icónicas . No están aquí los álbumes compuestos bajo los efectos de las drogas o cuya temática gira en torno a ellas, sino aquellas portadas y hojas interiores cuyo diseño sigue destacando en nuestros días y hacen referencia a todo tipo de drogas: cigarrillos y alcohol incluidos. ‘The Art of the LP: Classic Album Covers 1955–1995‘ recoge las mejores portadas de por temática.
Las canciones de la Triple D

Monk, 1965
El pianista Thelonious Monk siempre estuvo alejado de la heroína predominante entre grandes artistas del bop como Charlie Parker. Pero esta portada representa el ambiente cargado de alcohol y cigarrillos de los clubes de jazz. Una fotografía clásica en blanco y negro, elegante, que transmite la nocturnidad y groove del jazz.

Revolver, 1966
Podríamos haber escogido el álbum anterior de The Beatles 'Rubber Soul' (1965) con su fotografía distorsionada, influjo de los primeros contactos con la marihuana de la banda de Liverpool. O el posterior 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band' (1967), el mejor disco de todos los tiempos, con el LSD fluyendo por las mentes de los Fab Four, pero es 'Revolver' el disco de transición entre la marihuana y el LSD y se refleja en un portada icónica donde las haya realizada por Klaus Voormann. Bueno y porque cierra el álbum 'Tomorrow Never Knows'.

The Psychedelic Sounds Of, 1966
'The Psychedelic Sounds Of', de los 13th Floor Elevators, es quizás el disco más influido por las drogas de todos los que aquí aparecen. El LSD, que acabaría costando la salud mental a su líder Roky Erickson, considerado un semidios en esta redacción, está en todos los poros del disco. Y, por supuesto, en su maravillosa portada, con ese ojo central que simula los efectos del ácido en la percepción de la realidad. Una obra maestra.

Live At The Fillmore Auditorium, 1967
Hemos elegido este álbum del gran dios de la guitarra para mofarnos un poco de él. Así, tal cual. Y porque la portada es preciosa. Pero es que Berry se quiso sumar a la ola psicodélica para que dicha generación siguiera consumiendo su rollo fifities con tres movimientos burdos: una portada made in San Francisco; un concierto en directo en el templo del directo de la época, el Fillmore de Bill Graham de San Francisco; y una banda de acompañamiento formada por nada más y nada menos que la Steve Miller Band. ¡Buen intento Chuck!

'Sing It Again Rod', 1972
A diferencia de Ron Wood, que le ha dado a la cocaína cosa fina, su compañero de los Faces, Rod Stewart, ha sido siempre un borrachín. La priva es lo suyo. De hecho en sus memorias aseguró que llegaba a meterse farlopa en supositorios por el recto para no dañarse la nariz. Y la portada de 'Sing It Again Rod', de 1972 es una oda al whisky on the rocks y unas canciones que siempre se canturrean mejor con unas copas de más.

Last Days and Time, 1972
Earth, Wind & Fire publicó su tercer álbum 'Last Days and Time' tras su fichaje por Columbia. Y la discográfica puso al mejor de sus diseñadores para que confeccionara su portada. El diseñador aseguró que no tomó ningún psicotrópico para hacerla, pero no le creemos. La portada está presidida por una nube psicodélica que surge de los rayos de una mujer desnuda y se mezcla con la mente del líder de la banda, Maurice White. Locurón

Pussy Cats, 1974
John Lennon se separó en 1973 de su inseparable hasta la fecha Yoko Ono para pasar 18 meses de desfase total en Los Angeles. Consecuencia de este periodo, además de juegas gloriosas e interminables con Keith Moon, de los Who, y demás rock stars de la época fue producir este disco de Harry Nilsson, que en lo fondo es un disco a medias. Incluimos la portada por ser una de las más feas de la historia y por la inclusión de un juego de palabras con DRUGS /drogas ) en la parte inferior de la portada.

Dread In A Babylon, 1975
La marihuana es parte indisoluble al reggae de Jamaica. No es una droga para ellos, es un elemento esencial de sus creencias espirituales. Una de las portadas más icónicas es la de esta de 'Dread In A Babylon', de U-Roy, donde el cantante aparece envuelto en una humarada de marihuana que tumbaría a cualquier mortal. El título hace referencia a un rastafari (dread) fuera de Jamaica (Babylon) y es un disco clave para la conversión al dub de Rolling Stones y Clash.

Private Practice, 1978
El pub rock de Doctor Feelgood domino gran parte de los setenta desde Inglaterra. Un rock borrachuzo y pendenciero obra de su cantante Lee Brilleaux y anfetamínico obra de su guitarrista Wilko Johnson. La portada de 'Private Practice' recrea en formato foto su famoso logo, de un médico con cara de demente, completamente fuera de control. ¿Inspiró a personaje de Spud de Trainspotting? Apuesten a que sí.

La Mafia Del Baile, 1985
Loquillo Y Los Trogloditas fue la primera banda popular surgida de La Movida que de una manera explícita se atrevió a mostrar lo que era el día a día de una banda de rock en la España de los ochenta: Y el día a día era un consumo desaforado de drogas: anfetas, cocaína y también heroína. Hacemos una excepción y en vez de mostrar la portada de 'La Mafia Del Baile' (1985), el tercer álbum de la banda, mostramos su insert, donde el quintento posa con un mesa con un surtido de drogas digno de unos Rolling Stones.

Screamadelica, 1991
Tras décadas de alcohol, porros, anfetas, farlopa y heroína, llegan las drogas sintéticas con el éxtasis en cabeza La portada de uno de los álbumes icónicos de la década de los 90: 'Screamadelica', de Primal Scream, es la gran oda al extásis con ese ojo/sol de dos pupilas y una obra maestra musical a la altura del diseño en su interior.

Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space, 1997
Una de las portadas más bonitas y narcóticas de todos los tiempos: el tercer álbum de Spiritualized, 'Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space' (1997) recrea una caja de opiáceos de farmacia. No es de extrañar por la música hipnótica que su líder Jason Pierce ya recreaba en su anterior banda Spacemen 3. Rock para entrar en trance, perfecto para ingerir un par de diazepanes.