Eduardo Bravo (Madrid, 1973) lleva relacionado con las artes gráficas y la letra impresa desde su más tierna infancia. Ya de adulto se ha convertido en una de las personas más inquietas del panorama editorial editando y participando en fanzines y publicaciones independientes como Serenidade, Manual del Usuario, Grasa, Viernes Peronistas o los boletines de la Musical Geographic Society. Después de casi cuatro décadas dedicado a la prensa subterránea, en 2012, fundó la revista Mongolia cabecera que abandonó después de 38 números. Tras el espejismo, regresa de nuevo al mundo editorial por la puerta grande: la de ‘Villa Wanda‘. Un libro sobre algunas de las tramas políticas más chifladas de la historia de Europa.
- ‘Villa Wanda’ empieza a fraguarse en diciembre 2015. En esas fechas Licio Gelli, maestro venerable de la Logia Propaganda Dos, fascista declarado y orgulloso de ello, amigo de José López Rega fundador de la Triple A argentina, amigo del dictador Massera, implicado en casos de fraude como el del Banco Ambrosiano, en campañas de terror como la Estrategia de la Tensión en la Italia de los 70, en atentados como el de la estación de Bolonia, en la red Gladio y en mil y una barrabasada más, murió en su casa de Villa Wanda en Arezzo, Italia.
A pesar de haber sido un hombre clave en la historia europea por todo lo antes detallado y algunas cosas más, casi nadie se hizo eco de su fallecimiento. El País publicó un obituario, El Periódico también, pero poco más. Un tipo al que se le podían haber dedicado dos, cuatro o seis páginas en el diario del domingo, el de mayor tirada de la semana, pasaba a mejor vida de forma muy discreta. Demasiado.
Personalmente, como niño de los 70, muchas de las cosas en las que estuvo implicado Gelli me sonaban por haberlas visto y leído en su época. Aunque siempre me interesó el tema aún tenía muchas lagunas sobre algunos aspectos, así que comencé a buscar más información para entenderlo.
Cuando empecé a ahondar me di cuenta de que toda la historia europea de la segunda mitad del siglo XX tiene a Gelli y sus amigos como personajes destacados. Su implicación va desde los casos más espectaculares y dramáticos a los más anecdóticos, siempre que tanto unos como otros puedan serles útiles para sus ambiciones de poder, dinero e instaurar un sistema de ultraderecha en Italia y Europa.
Poco a poco me di cuenta de que estaría muy bien contar todo eso porque, aunque está narrado en decenas y decenas de libros, parece como si a nadie le haya interesado en las últimas décadas, cuando muchas de las cosas que nos han sucedido en los últimos tiempos tienen su raíz en algunos de esos acontecimientos.
Que sea un libro tan raro responde en buena parte a eso. A la complejidad del tema, a que había que contarlo de forma fragmentada para que el lector no se aburriese, a que había que sintetizar en poco espacio temas complejísimos como la trama del Banco Ambrosiano, porque esos asuntos políticos también tenían repercusión en la sociedad y la cultura de la época (por eso consideré que había que hablar de Luciano Bianciardi y su Vida Agria o de Fabrizio De André y Fausto Amodei) y porque muchas cosas era mejor que las contasen directamente expertos en el tema como Matteo Re, que es uno de los autores que más saben de Brigadas Rojas, y Daniele Ganser, que fue el primero en hacer una monografía rigurosa sobre la red de ejércitos secretos de la OTAN, entre los que estaba Gladio, que era la sección italiana.
- Supongo que el género que más le encaja es el de periodismo, pero como dicen desde la editorial Autsaider Cómics sería «del género periodístico desasosegante que de puro alucinante, aterriza en el humorismo». Tampoco le iría mal lo de género negro. Por último, también le encaja lo que comentas del Manual de los Jóvenes Castores sobre la trama de la P2, en el sentido de que cuenta cosas que ayudan a entender muchos de los acontecimientos que hemos vivido hace unas décadas y posiblemente los que viviremos en los próximos años. Entender cómo acostumbran a manejarse los servicios secretos del Estado, las agencias de inteligencia y los grupos de poder puede ser tanto o más importante que saber cómo localizar el norte mirando el musgo de las piedras, saber cómo acumular el rocío de las hojas para conseguir agua potable o cómo hacer fuego para calentarte, ahuyentar a las alimañas y cocinar en mitad del monte.
- Sin intención de ponerme exquisito, creo que uno escribe un poco para explicarse a sí mismo. Como te comentaba antes, muchas de las cosas que se cuentan en Villa Wanda están muy relacionadas con mi infancia. Investigar y escribir sobre ellas era un poco entender esas cosas que no entendí en su momento y entender algunos aspectos de mí mismo. Luego, descubrir cosas nuevas que desconocía resultó tan apasionante que el proceso resultó muy satisfactorio. El verdadero problema fue cómo contar todo eso de una forma amena y sin abrumar al lector. ‘Villa Wanda’ podía haber tenido 400 o 4.000 páginas porque el tema lo permite, pero ¿quién se iba a leer todo eso? Solo los muy fans del tema. Sin embargo, con el planteamiento que tiene ‘Villa Wanda’, los que no conozcan el tema creo que pueden sentirse interesados y disfrutar del libro y los que sí que lo conocen encontrarán en él mil pistas para seguir explorando todo esos temas que abarcan desde la alta política a la lucha armada, pasando por la literatura, la música, los sucesos, la economía, la empresa, la religión o las páginas de sociedad de la época.
- Creo que a lo que más se podría parecer es a ‘Hollywood Babilonia‘, de Kenneth Anger y a algunos libros de La Felguera. Aunque no fue mi intención que se pareciera a nada en concreto, creo que de forma inconsciente esos dos referentes han estado ahí. Tanto los libros de Anger como los de La Felguera son rigurosos y divertidos. En ese sentido, mi intención era mantener el rigor histórico de lo que se contaba y, por otro, hacerlo de una forma amena, perdiéndole el miedo al libro como concepto. Un libro puede ser tanto un texto unitario que empiece en la página uno y que continúe hasta el final o una sucesión de textos, epígrafes, entrevistas, fotografías y pies de foto que, a pesar de su aparente fragmentación, acaben constituyendo un todo más o menos coherente.
‘Villa Wanda’ de Eduardo Bravo (Autsaider Cómics)
- Lo más curioso de ‘Villa Wanda’ es que las revelaciones no son tales. Al menos en el sentido de que no hay materiales inéditos o documentos secretos que no hayan visto la luz anteriormente. Todo lo que se cuenta en el libro procede de libros, hemerotecas, documentales, entrevistas, sumarios judiciales… que están al alcance de cualquiera que quiera buscarlos. En el caso de España vemos que el terrorismo negro de Avanguardia Nazionale y Ordine Nuovo también operó en nuestro país. En el atentado de los abogados de Atocha, por ejemplo, participa la ultraderecha italiana, lo mismo que en la matanza de Montejurra. Esto pone de manifiesto que las redes de ultraderecha, apoyadas en muchos casos por los servicios secretos de los diferentes países, operaron tanto en Italia como en España y otros países. Lo mismo sucede con Gladio y sus equivalentes en otros países, con la salvedad de que, como España vivía en un régimen dictatorial, no fue necesario generar un ejército secreto ni una estrategia de la tensión para atacar o culpabilizar a los grupos de izquierdas porque ya se ocupaba el propio Gobierno español de ese tipo de tareas. Lo que nos queda por saber es si redes como Gladio, o sus equivalentes, existen en el siglo XXI y si es así, si operan o no en Europa y en nuestro país. Supongo que, si los hay, nos enteraremos dentro de veinte o treinta años. Si eso acaba sucediendo, tampoco creo que los responsables sufran ningún tipo de consecuencia jurídica por ello.
- He procurado que lo que se cuenta en ‘Villa Wanda’ sea cierto en su totalidad o casi. Por supuesto que se habrán colado cosas que no están del todo probadas o sobre las que hay diferentes interpretaciones y versiones. También es verdad que hay algún resto de leyenda, especialmente en lo relacionado con el Caso Moro en el que se llegó a hacer una ouija para encontrar donde estaba secuestrado. Hay gente que afirma que eso sucedió, otros lo niegan pero tantos unos como otros lo incorporan al relato por lo tanto es difícil saber si al mencionarlo se está cayendo en la ficción o en la realidad.
A pesar de eso, mi intención era evitar hacerme eco de las leyendas urbanas o de las teorías conspiranoicas. La historia que se cuenta en el libro es tan absolutamente delirante de por sí, que no precisa adornarla más. De hecho, si la adornas y la exageras, el discurso se debilita porque comienzan a surgir dudas y
suspicacias sobre cosas que son verdaderas.En todo caso, tener la certeza total sobre asuntos como los que se narran en ‘Villa Wanda’ es imposible, tanto por la intoxicación que durante años han sufrido los medios (recordemos, por ejemplo, que los propietarios de Corriere della Sera eran de la logia Propaganda Dos y que Berlusconi, dueño de Telecinco, Mondadori y un montón de cabeceras de prensa también era de la logia), como por las dificultades que han puesto los diferentes Gobiernos europeos. A día de hoy Alemania no ha desclasificado sus documentos sobre el equivalente alemán de Gladio. Cuando lo haga, tal vez se podrá probar fehacientemente que buena parte de los miembros de sus ejércitos secretos habían pertenecido anteriormente a la Wehrmacht o a las SS. Hasta entonces, aunque hay diversos testimonios que lo afirman, no hay datos oficiales que lo prueben.
- La historia reciente española está dando mucho juego, es cierto. Pero creo que en comparación a los italianos, nos falta mucha mordiente y perversión. Nuestras redes de corrupción son muy cutres, muy cortoplacistas, muy de pelotazo. Tanto es así que al final les suelen pillar por ambiciosos, por agonías, por las urgencias. Aquí, lo más parecido a la trama de la Propaganda Dos sería el palco del Real Madrid, así que hazte una idea de lo cutre del asunto. Compara una logia con su suelo de damero, con su compás, su cartabón, sus mandiles, sus calaveras, con los Farias y las croquetas de Mallorca. En ese sentido los italianos nos llevan años de ventaja. Sus tramas son más complejas, más estratégicas y, por supuesto, más violentas, algo que siempre le da color a estas cosas. Aquí se echan a faltar asesinatos, accidentes de difícil explicación, venganzas, ajustes de cuentas, chantajes, aunque también es cierto que la reciente pérdida de Rita Barberá podría ser el comienzo de un ‘Villa Wanda’ a la española. De hecho, creo que le pediría el título a Jesulín: Ambiciones.