Puede que hacer la maleta sea el peor trámite de las vacaciones y más cuando terminamos llenándola de los odiosos ‘por si acaso’. Que si una chaqueta por si refresca, que si las deportivas por si animo a ir a correr, que si el bañador por si me apetece ir a la piscina…Y, claro, así es tarea imposible que entren uno de los básicos fundamentales. No es el móvil, ni la GoPro, ni la tablet, ni cualquier cachivache tecnológico. Hablamos del libro, ese fiel compañero en la tumbona de la playa/piscina/terraza. Como sabemos que ya de por sí tendrás la maleta hasta arriba de cosas y hace unos veranos os propusimos libros al peso, es ahora el momento de seleccionar ocho novelas cortas (o relatos largos, como quieras verlo), para los que no necesitarás mucho espacio:
1. ‘El coronel no tiene quien le escriba’ – Gabriel García Márquez
Con apenas cien páginas, ‘El coronel no tiene quien le escriba’ es una novela de espera, la de un hombre que durante los últimos quince años contempla cada viernes en el puerto la llegada de la lancha que trae el correo con la esperanza de recibir una carta que reconozca una pensión por haber servido en su juventud a su patria y a Aureliano Buendía. ¿Os suena verdad? Quién después se convertiría en el personaje más conocido de Gabriel García Márquez ya hacía acto de presencia (aunque fuera, únicamente de manera verbal) en esta segunda novela del maestro colombiano, que escribió cuando fue trasladado como corresponsal de guerra a París. Una historia de injusticia y violencia que “supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva” y en la que “el estilo del escritor se hace más puro y transparente”.
2. ‘Noches blancas’ – Fiodor Dostoïevski
En las zonas nórdicas, al estar tan próximas al Círculo Polar, nunca llega a hacerse de noche desde finales de mayo hasta mediados de julio. Ciudades como San Petersburgo viven en un perpetuo atardecer que sirve de inspiración para autores como Dostoïevski. Durante cuatro de estas noches (y una mañana), un muchacho introvertido y solitario narra cómo conoce de manera accidental a Nastenka, una joven que le relatará su triste historia. ‘Noches blancas’ es una novela corta (o un relato largo) en la que el escritor escarba en la soledad, el desengaño y la desolación con la habitual pesadumbre rusa en pleno solsticio de verano.
3. ‘El viejo y el mar’ – Ernest Hemingway
Aunque ya había demostrado sus capacidades como escritor, esta novela corta le sirvió a Ernest Hemingway para conseguir el Premio Pulitzer en 1953 (un año después también conseguiría el Nobel de Literatura). Un relato sobre la supervivencia, la lucha, el compromiso y la constancia a través de los ojos de Santiago, un pescador cubano que después de 84 días sin pescar decide salir al mar, donde pesca un enorme pez espada que lucha durante tres días, en los que El Viejo, como todos lo llaman, revive su vida. El que comenzó como un encargo para la revista Life se ha convertido en uno de los clásicos cortos de la literatura. El argumento está basado en un hecho real que el propio Hemingway puso por escrito en ‘Sobre el agua azul’, relato publicado en Squire en abril de 1936.
4. ‘El corazón de las tinieblas’ – Joseph Conrad
Publicado en 1902, este relato se convirtió en un símbolo de la lucha del ser humano contra la naturaleza, pero, sobre todo, en una durísima crítica al colonialismo europeo reinante durante el siglo XIX. La profundidad psicológica que demuestra el escritor polaco ha cautivado a millones de lectores entre los que se encuentran Francis Ford Coppola, que se inspiró en esta obra para llevar a cabo su mítica ‘Apocalypse now’. La novela relata la historia de Marlow, un viejo marinero que viaja al Congo, al verdadero corazón de las tinieblas coloniales con una mirada limpia que se va ensombreciendo a medida que es partícipe de esa difusa lucha entre barbarie y civilización, del que también fue testigo el autor. “Antes del Congo yo era un solo un simple animal. Aquel viaje que sin duda representó para él un descenso a los infiernos, es el que nos cuenta por boca de Marlow, su alter ego, con un relato estremecedor en el que las fueras elementales de la Naturaleza hallan su contrapartida en las fuerzas oscuras y primitivas que actúan en el interior del hombre”, explicó.
5. ‘El extranjero’ – Albert Camus
En apariencia, consideramos un extranjero cuando éste se encuentra en una región distinta a la de sus orígenes. El maestro del existencialismo va más allá con este punzante relato en el que su protagonista, Meusault, se siente extranjero de su propia existencia, al no tener arraigado un sentimiento de pertenencia en ninguna de las facetas de su vida. En una clara denuncia frente a una sociedad que se olvida del individuo, Camus relata la existencia de este hombre que motivado por una serie de circunstancias personales comete un crimen, aparentemente involuntario, convirtiéndose en un extranjero en su propia sociedad.
6. ‘La perla’ – John Steinbeck
Seis capítulos son suficientes para adentrarse en la dominación del hombre blanco frente al indígena. ‘La perla’ está basada en una antigua leyenda tradicional mexicana que explica las trágicas consecuencias de que un indígena encuentre casualmente una perla de gran tamaño. Steinbeck refleja con una prosa rápida y un argumento sencillo una comunidad marcada por la violencia, la avaricia y la discriminación social palpable en 1847, cuando fue publicada esta novela corta.
7. ‘El principito’ – Antoine de Saint-Exupéry
Un clásico entre los clásicos que seguro que leíste de niño, pero que recomendamos que vuelvas a leer porque cambiará por completo tu percepción de la obra. El escritor y aviador francés ensalza la amistad, el heroísmo, la responsabilidad, el valor de las cosas y la conducta moral a través de una tierna y corta historia.
8. ‘Frankenstein’ – Mary Shelley