Los años 90 supusieron un importante cambio generacional en nuestro cine: hay que echarle la culpa al director vitoriano Juanma Bajo Ulloa. Nuestra gran esperanza blanca de aquel entonces. Él fue el que abriría camino con su largometraje ‘Alas de mariposa’ (1991) y llamaría la atención sobre una serie de directores noveles entre lo que están Enrique Urbizu (que debutaría también en 1991 con el grandísimo thriller ‘Todo por la pasta’), Julio Medem, Alex de la Iglesia, Iciar Bollaín, Santiago Segura, Gracia Querejeta, Isabel Coixet, Santiago Lorenzo, Jaume Balagueró, Daniel Calparsoro…
Fue este último el que en el año 96 estrenaría su segundo largometraje, ‘Pasajes’, (el año anterior había conseguido estrenar su debut, ‘Salto al vacío, verdadera rareza dentro de nuestro cine), gracias a la ayuda de El Deseo, la productora de los hermanos Almodovar que ya habían prestado su apoyo a Alex de la Iglesia para rodar ‘Acción Mutante (otra rareza de género) en el año 93 y también estrenarían, en el año 96, la obra de otra directora novel, Monica Laguna, titulada ‘Tengo una casa’.
En el año 96 Isabel Coixet estrenaría también su ópera prima: ‘Cosas que nunca te dije’. Una película indie rodada en los USA. Fernando Trueba estrenaría ‘Two Much’ (también rodada en el mismo país y más recordada por suponer el comienzo del romance entre Melanie Griffith y Antonio Banderas que por la alta calidad de la película en sí). Gracia Querejeta estrenaría ‘El último viaje de Robert Rylands’ rodada en Inglaterra y en inglés. Dentro de estas películas españolas rodadas mirando hacia el extranjero hay que destacar ‘La lengua asesina’ de Alberto Sciamma, director nacido en Barcelona, que rodó esta película de terror con el concurso de Robert Englud y la música de Fangoria. El estreno de la película en Madrid fue un pequeño escándalo porque, por cuestiones de protocolo, contó con la asistencia de diversos miembros del primer gobierno de Aznar, entre ellos la entonces ministra de Cultura Esperanza Aguirre, que entraron con una sonrisa en la cara y salieron de la sala con claro gesto de desagrado y de no haberse enterado de nada. A la que no asistieron fue al estreno de ‘Killer Barbys’, aquel locurón que significaba la vuelta (¿Alguna vez se fue?) de Jesús Franco que fue producida por Subterfuge y que estableció un paralelismo entre nuestro cine de terror y la modernidad, la música, el cómic…posiblemente nuestra única explosión de ‘indie’ identificable como tal.
15 películas españolas de los 90
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Alas de mariposa
‘Alas de mariposa’ (Juanma Bajo Ulloa, 1991): Juanma Bajo Ulloa abría, él solo, una puerta para los nuevos creadores del cine español. La película, un drama con mayúsculas sobre crecer y sobre la familia. Una maravilla contenida y desbordada a la vez. Una obra maestra.
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Acción mutante
‘Acción mutante’ (Álex de la Iglesia, 1993): Tras el corto ‘Mirindas asesinas’ el director bilbaíno (por aquel entonces conocido en el mundo de los cómics y en su trabajo como director artístico (en ‘Todo por la pasta’ y en el cortometraje ‘Mama’) dio el salto con este homenaje al tebeo, a la serie B patria y, así, ampliando el campo a España entera.
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Todo es mentira
‘Todo es mentira’ (Álvaro Fernández Armero, 1994): Coque Malla y Penélope Cruz fueron los protagonistas de esta comedia romántica deudora, en parte, del cine de Colomo pero, también, del cine indie cómico-romántico de la época.
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Salto al vacío
‘Salto al vacío’ (Daniel Calparsoro, 1995): Calparsoro rodó su ópera prima con poco dinero pero rodeándose de enorme talento. Una historia cruda y sucia con banda sonora de El inquilino comunista –banda de referencia del índie’- y Najwa Nimri haciendo su primer papel protagonista.
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Atolladero
‘Atolladero’ (Oscar Aibar, 1995): Pese a ser uno de los sonados fracasos de taquilla de la década también es un denodado intento por atraer el género a la gran pantalla y, con el tiempo, se ha asentado en la memoria colectiva como una película eficaz que podría haberlo sido mal de no estar maldita: Felix Rotaeta,uno de los actores principales, falleció cuando todavía se estaba rodando cambiando la historia por completo, los decorados del desierto fueron arrasados por una inesperada tromba de agua y, por si fuera poco, los problemas económicos acuciaron el título casi desde el comienzo de la producción. Por cierto: Iggy Pop es el protagonista y grabó, gratis, la canción principal de la película.
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Hola, ¿estás sola?
‘Hola, ¿estás sola?’ (Iciar Bollaín, 1995): De la interpretación a la dirección de cortos y, luego, a la de largos. Así fue la carrera de Icíar Bollaín que firmó esta divertida comedia generacional que demostraba al panorama cinematográfico que había cantera femenina y talento para dar y tomar después de Josefina Molina o Pilar Miró (entre otras).
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Killer Barbys
‘Killer Barbys’ (Jesús Franco, 1996): la discográfica Subterfuge quiso darse el placer de producir cine y de hacerlo devolviendo a la gran pantalla a Jesús Franco, uno de sus iconos creativos, en esta película que era un poco como todo el cine enloquecido de Franco y que homenajeaba, sin querer, a todo el cine de género español tan denostadísimo por la crítica como apreciado por el gran público (en muchos casos, público mundial y no solo español).
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Cosas que nunca te dije
‘Cosas que nunca te dije’ (Isabel Coixet, 1996): una absoluta desconocida para el gran público se marca una película en los Estados Unidos con la participación de Andrew McCarthy y Lily Taylor. Una película sobre el desamor y el arraigo o sobre el amor y el apego que nunca queda claro.
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Más que amor, frenesí
‘Más que amor, frenesí’ (Alfonso Albacete, Miguel Bardem, David Menkes, 1996): El ‘petardeo’ que siempre habíamos visto en Almodovar tenía también que crear escuela. Esta cinta es una de las primeras representantes de que el tono almodovariano había hecho mella y, también, de que era posible que tres personas se pusieran de acuerdo para rodar una sola película.
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Tesis
‘Tesis’ (Alejandro Amenabar, 1996): La película de un estudiante que se había pensado para estrenarse en TV y acabó en las salas de cine de media España con el personal preguntándose de donde había salido semejante película sobre cine snuff y asesinos en serie. Una película que animó a muchos a hacerse directores de cine.
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Familia
‘Familia’ (Fernado León de Aranoa, 1996): Un señor solitario no tiene mejor idea que pasar el día de su cumpleaños junto a una familia que se ha inventado. Un punto de partida delirante para una película sobre lo impostado de las convenciones familiares pero, también, con el tranquilizador mensaje de que la familia bien puede elegirla uno.
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Tren de sombras
‘Tren de sombras’ (José Luis Guerín, 1997):
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Mamá es boba
‘Mamá es boba’ (Santiago Lorenzo, 1997): Una película pequeña pero grande en todos los sentidos. Una película para identificarse con una familia de perdedores y un niño consciente de la mediocridad que le rodea, incluso más por el lado de los teóricos ganadores. Una película que debería tener un cartel donde pusiera PELICULÓN y que la ‘O’ fuera el objetivo de una de esas cámaras de cine de Hollywood y el acento un chásis de película de 35 mm. ((Esto último lo entenderán cuando vean la película).
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Todas hieren
‘Todas hieren’ (Pablo Llorca, 1998): Llorca es uno de nuestros outsiders. Posiblemente el más outsider de todos. Lleva rodando películas, ininterrumpidamente desde hace casi tres décadas sin conseguir un éxito y la fama que algunos títulos, como este, le deberían de haber regalado. Una pena.
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Solas
‘Solas’ (Benito Zambrano, 1999): El debut de este director andaluz nos trajo una película sensible y sencilla sobre mujeres. Una verdadera gozada que fue recibida con aplausos en todo el mundo.
La Cuadrilla, el entrañable dúo artístico-cinematografico formado por Santiago Aguilar y Luis Guridi, estrenaron la segunda parte de su trilogía de España, ‘Matías, juez de linea’, que comenzó con ‘Justino, un asesino de la tercera edad’ y culminaría con ‘Atilano presidente’ que estaba basada en toros, fútbol y política como tres de los pilares sobre los que se podía explicar nuestro país (poca gente estuvo más acertada). También fue turno de Julio Medem que llevaría a la gran pantalla ‘Tierra’, que le daba la bendición del gran público después de ‘Vacas’ y ‘La ardilla roja’.
Este mismo año también supuso el estreno de David Trueba como director con la tierna ‘La buena vida’ y el del trío formado por Alfonso Albacete, David Menkes y Miguel Bardem que estrenarían ‘Más que amor frenesí’ y, claro está, todo el mundo se acuerda del 96 por ser el curso en el que Alejandro Amenabar estrenó ‘Tesis’, un thriller que cambiaría, para siempre, nuestro concepto de que en España era casi imposible rodar una buena historia de miedo. Se llevaría el Goya a mejor película. Menos conocida pero a un nivel espectacular (en lo que a thriller se refiere) el director Joaquim Jordá haría un parón en su filmografía de documentales para hacer su primera obra de ficción: ‘Cuerpo en el bosque’. Joya oculta de aquellos años.