La espera se nos ha hecho más larga que un paseo con los dothraki pero, por fin, ha llegado la nueva temporada de ‘Juego de tronos‘.
A tenor de lo visto en el primer episodio se puede entender esta temporada como un gigantesco y carísimo Fanfic de la saga literaria. Les traduzco: los fans de una película, cómic o serie no tienen suficiente con el original y deciden escribir o dibujar relatos propios de sus personajes favoritos que luego comparten con otros fans. Este tipo de producciones paralelas se conocen como Fan Fictions o FanFics y comenzaron a ser habituales en los tiempos de la emisión de la ‘Star Trek’ televisiva de los años 60.
En este caso los personajes y los escenarios son los mismos, no podría ser de otra forma, pero los acontecimientos –de los que no diremos ni pío- de lo visto hasta ahora guardan, en algunos casos, reminiscencias a lo visto hasta la fecha en los libros escritos por George R.R. Martin pero, claro está, todo tiene ya la forma de ser una narración que continúa un original pero alejándose irremediablemente del mismo.
Los simples espectadores (esa mayoría silenciosa que ve la serie pero que cree vivir una existencia plena pese a no haber abierto ninguno de los libros), no se sentirán en modo alguno traicionados por el tono y el pulso narrativo que ha permanecido intacto desde las anteriores entregas pero sí es posible que los más fans perciban que algunas de sus esperanzas sobre el devenir de los personajes no son los que esperaban.
Como siempre, y teniendo en cuenta que cada temporada está concebida como una escalada de tensiones y espadazos, es pronto para adivinar cómo se desenvolverán los acontecimientos. El primer episodio de la sexta temporada de ‘Juego de Tronos’ es una continuación de la quinta temporada que dejó todo tipo de incógnitas abiertas y, por tanto, hubiera sido absurdo añadirle más tramas a las ya propuestas en la anterior entrega. Las cosas siguen, más o menos, donde las dejamos y, por ahora, parecen bastante tranquilas. Parecen. La procesión y la tensión van por dentro. Nada que objetar, en tanto en cuanto, el guión viaja de un punto a otro de los extensos territorios de las Siete Reinos para que podamos ver en qué punto están los protagonistas de la serie y eso, desde un punto de vista narrativo, es siempre farragoso y, pese a lo complicado, está muy bien resuelto.
Por lo pronto podemos pasar sin el libro final de ‘Canción de hielo y fuego‘ porque su adaptación televisiva y esto que nace ahora, este enorme “fanfic”, esta digresión catódica del original, completa nuestras ansias de relatos de sexo, sangre y destrucción protagonizados por gente que va por ahí correteando en ropajes medievales. Tranquilo, George. Tómate tu tiempo. Ya sabemos que has terminado el libro hace tiempo, que lo tienes en una caja fuerte y que no vas a publicarlo hasta el final de la temporada. Los fans entendemos que un final literario pondría a los guionistas de la serie en un aprieto, que lo normal es que provocara un debate (uno de esos debates agrios y gilipollas a los que tan acostumbrados nos tiene la Era de Internet) y que no es plan de dañarte tú, ni que los haters te devoren a la criatura. Haces bien: “Don´t feed the troll”, si quieren discutir que vayan a Twitter.
La sexta temporada de ‘Juego de tronos’ ya ha comenzado y apunta muchas cosas buenas. Solo hay que sentarse, disfrutar y ver como va llegando el invierno. Por lo pronto la ya espectacular presencia de protagonistas femeninas (algo raro en una saga de espadas) crecerá considerablemente, se atisba que Tyrion Lannister y Lord Varys podrían protagonizar un spin off al estilo de ‘El hombre que pudo reinar’, que los Bolton seguirán siendo gentuza, que los Stark son los nuevos Gioberti (aquella familia de buenas personas que tanto sufría en ‘Falcon Crest’), que La Guardia de la Noche tiene un liderazgo menos claro que el PP de Valencia y nos seguiremos preguntando cómo es posible que alguien pueda pensar que este es un cuento de héroes y villanos cuando decapitaron al único hombre bueno y justo de los Siete Reinos en la primera temporada. Cojan las palomitas, abríguense bien y recen a los dioses viejos y nuevos porque el entretenimiento, como se adivina, nos sea propicio.