Tarambanas, despistados, entrañables, perros ladradores y poco mordedores, asalvajados, … Seleccionamos 15 figuras paternas imperecederas que el cine nos ha dejado con motivo del Día del Padre.
[ Reportaje escrito a cuatro manos junto a Guacimara Vargas ]
Furious Style/Laurence Fishburne . ‘Los chicos del barrio’, 1991. John Singleton
El padre que intenta criar a su hijo bajo un estricto código moral que le permita sobrevivir en Crenshaw, uno de los ghettos de mayoría negra de Los Ángeles. Fishburne interpreta a un padre duro pero justo que deja una frase para el recuerdo: “Cualquier idiota puede tener un hijo pero solo un hombre puede ser padre”.
Nanni Moretti .‘Abril’, 1998. Nanni Moretti
El director italiano se interpreta (y se dirige) así mismo como un hombre preocupado por la Italia en la que nacerá su hijo y bloqueado artísticamente por la responsabilidad y el vértigo de ser padre. Una comedia divertidísima con un Moretti en estado de gracia interpretando a un padre agobiado por el futuro.
Bernie Focker/Dustin Hoffman (Los padres de él, 2004, Jay Roach)
¿Quién no querría tener a Bernie como padre? ¿Quién no querría compartir su infancia y su adolescencia con un padre cariñoso, hippy y algo zumbado que practica una especie de capoeira inventada por él mismo y guarda todos tus logros (por tontos que sean) en un lugar privilegiado de la casa? Tenemos la respuesta: NADIE.
Hombre/Viggo Mortensen (La carretera, 2009, John Hillcoat)
Un hombre sin nombre recorre un páramo apocalíptico en compañía de su hijo pequeño. Pese a que la violencia, la desesperación y el hambre les rodean no ceja en su empeño de encontrar un lugar mejor donde el pequeño pueda sobrevivir. Lo más conmovedor: Todo puede desaparecer excepto el vínculo que une a un buen padre con su prole.
Gil/Steve Martin (Dulce Hogar a veces, 1989, Ron Howard)
Gil representa a un padre de familia que tiene que bandear con los problemas de sus hijos, con los de una familia numerosa de locos y con una relación chunga con un padre que prefiere al tarambana de su hermano pequeño. Entre medias Martin le da vidilla a un padre algo histriónico, tierno y tendente al despiporre.
Henry Jones/Sean Connery (Indiana Jones y la última cruzada, Steven Spielberg, 1989)
La sombra de un padre molón siempre es alargada. Y eso vale para ti pero, también, para Indiana Jones que cedía parte de su protagonismo en la tercera entrega a su padre, Henry, que se empeñaba en echarle una mano y también en ponerle de cuando en cuando en su sitio para que no se le subieran los humos. ¿A qué padre le gusta ver a su hijo fardando tontamente?
Brian Mills/Liam Neeson (Venganza, 2008, Pierre Morel )
La hija de Brian Mills sustituía lo de ‘mi padre es policía’ para amedrentar a las otras niñas en el cole por ‘mi padre es un ex agente de la CIA que, si me haces algo, te buscará hasta en el fin del mundo para acabar contigo y se encargará de que le supliques que te pegue un tiro para que acabe tu dolor’. Cualquier padre se enfrentaría a varias mafias interconectadas entre sí para salvar a su hijita, ¿no?
Ed Horman/Jack Lemmon (‘Desaparecido’, Costa-Gavras, 1982)
Basada en un hecho real (la desaparición y asesinato de Charles Horman y Frank Teruggi en los primeros días del Golpe de Estado de Pinochet en 1973) la interpretación de Jack Lemmon dotó de un conmovedor rostro a la figura de un padre que busca incansablemente a su hijo y acepta que el mundo que conocía se ha derrumbado. Tan grande fue que la sociedad americana comenzó a movilizarse contra el régimen chileno tras el estreno de la película.
Noah Levenstein/Eugene Levy (‘American Pie’, 1999, Paul Weitz)
El drama de un padre que tiene que lidiar con un hijo un poco idiota y la pandilla de descerebrados que los rodea. En lugar de desheredarlo el hombre se esfuerza por ser comprensivo, por no defenestrar a su vástago y por enseñarle a madurar cuanto antes sin perder la paciencia ni cuando lo trinca usando un pastel de manzana como vagina en lata. Francamente notable. Solo por eso nos parece un padrazo.
Daniel Hillard/Robin Williams (Señora Doubtfire, 1993. Chris Columbus)
Tu padre es un tarambana que sigue empeñado en tener una carrera como actor, incluso, cuando tu madre decide divorciarse de él y acucia el pago de facturas. Pero el amor paternal es muy loco y florece, incluso, alimentándolo con una dosis de travestismo, falso acento inglés y engaño que es lo que hace Daniel Hillard cuando no puede ver a sus hijos.
Luis/Agustín González (Las bicicletas son para el verano,1984, Jaime Chávarri)
Agustín González da vida a Luis, el padre de una familia madrileña que se queda atrapada en el Madrid asediado de la Guerra Civil intentando mantener la normalidad de su trabajo y su vida en familia bajo los bombardeos con la esperanza de que, al acabar la contienda, podrá mantener todas las promesas que les hizo a sus hijos: llevarles de vacaciones, comprar una bicicleta…tiene uno de los finales más tristes y elegantes del cine español. No se lo pierdan.
Manolo/Fernando Fernán Gómez (Belle Epoque, Fernando Trueba, 1992)
Manolo es un padre de esos que es artista y que, pese a vivir en la España de 1931, ha dejado que sus hijas sean libres y tengan las vidas que quieran. Toda una lección de paternidad que, incluso ahora (más ahora), nos parecería del todo irresponsable por demasiado libérrima. Fernán Gómez da vida a un padre cariñoso, tierno y que alimenta la buena costumbre de la paciencia para con su descendencia.
George Bailey/James Stewart (¡Qué bello es vivir!, Frank Capra, 1946)
A George Bailey las cosas se le han puesto tan patas arriba que, llegando navidad, desea tan fuerte no haber existido que Dios le manda un ángel sin alas para que le muestre la vida tal como sería si él no hubiera nacido. Capra nos saca todas las navidades los colores y el lagrimón con esta película sobre un padre amantísimo y honradísimo que, en un momento de duda, se da cuenta de que es mejor tener a sus hijos que no tener nada.
Atticus Finch/Gregory Peck (Matar a un ruiseñor, 1964, Robert Mulligan)
Un abogado viudo que cuida de sus dos hijos y, a la vez, les transmite sus grandes valores sin descuidar a su clientela formada, sobre todo, por clientes que en su mayoría no podrán pagarle un centavo por sus buenos servicios. El personaje de Atticus Finch es considerado, a día de hoy, el padre ejemplar y el hombre bueno por excelencia. Por cierto, existió en la realidad: se llamaba Amasa Coleman Lee y fue el padre de Harper Lee que lo inmortalizaría como Atticus tanto en su novela ‘Matar a un ruiseñor’ como en ‘ ve y pon un centinela’ la novela previa a esta y que, sin embargo, fue publicada el año pasado.
Sam/Sean Penn (Yo soy Sam, Jessie Nelson, 2001)
Sam es un adulto con una discapacidad mental que cuida de su hija, Lucy, que a la edad de 7 años comienza a mostrar más madurez e inteligencia que su propio padre. Un dramón con mayúsculas sobre las relaciones paternofiliales que, al fondo, deja una cuestión arrebatadora: tu padre siempre será tu padre y, pase lo que pase, siempre estará a tu lado dando lo mejor de si en cada momento.