Tras ‘Chicas en serie‘, llega a hora la continuación de las series de televisión favoritas protagonizadas por mujeres, un universo de ficciones basadas en problemáticas reales a las que hacen frente un grupo de personajes femeninos luchadores, mordaces e inteligentes que se alejan de todos los estereotipos conocidos. Con ustedes: ‘L.’, ‘Murphy Brown’, ‘Orange is the New Black’, ‘Better Things’, ‘Smack the pony’, ‘Las chicas de oro’, ‘El Show de Sarah Silverman’, ‘New Girl’, ‘The good wife’, ‘Las chicas Gilmore’, ‘Sexo en NY’, ‘Buffy, Cazavampiros’, ‘Broad City’, ‘Hit and Miss’ y ‘Fleabag’.
The L World (2004-2009)
La serie que la HBO vendió como “la primera ficción protagonizada por lesbianas” era una producción coral en el que sus autoras reconstruían la vida de un grupo de mujeres de Los Ángeles en el que se pretendía representar todos los avatares, problemáticas y vivencias de un nutrido abanico de mujeres lesbianas de toda extracción social, educativa, profesional y económica. Pese a que la serie no podría escandalizar ni al más pacato de los espectadores lo cierto es que su emisión provocó un pequeño terremoto en los Estados Unidos justo antes de su estreno ya que, como siempre, algunos fanáticos avisaron de que su emisión convertiría en lesbianas a todas las mujeres del país. Ese vaticinio no llegó a cumplirse pero ‘L’ ayudó a muchas mujeres a entenderse mejor.
Murphy Brown (1988-1998)
Una periodista intenta llevar una carrera profesional digna en una cadena de noticias siendo mujer y estando orgullosa de ello. El trasfondo, un tanto desalentador, es que el mundo del periodismo de noticias nunca había sido terreno para las mujeres y todo resultaba ser una reivindicación, más o menos velada, de la situación laboral de las periodistas en los Estados Unidos. Pese a la tibieza del tono la serie levantó muchísimo revuelo y fue tachada de “panfleto demócrata”. Las hostilidades llegaron a su máxima tensión cuando, en el 92, Murphy decidía tener un hijo soltera y el vicepresidente Dan Quayle decidió criticar el asunto como ejemplo de ataque a la familia tradicional.
Orange is the New Black (2013)
El micromundo femenino de la cárcel de Lichtfield sirve como fantástica metáfora de los problemas de convivencia y de los desajustes sociales del mundo actual. La serie creada por Jenji Kohan ha servido para reivindicar el movimiento LGTB, para hablar de la situación de las mujeres de las minorías raciales y para tratar temas tan variopintos como las relaciones de pareja o la desastrosa entrada de la gestión privada en lo público. OITNB es un viaje a tus propios principios y una invitación a cuestionárselos desde perspectivas de mujeres dispares.
Better Things (2016)
Pese a su amplio recorrido como humorista y actriz (en España comenzó a ser conocida a partir de la emisión de ‘Californication’) Pamela Adlon no se estrenó en el guión televisivo hasta ‘Louie’ (2010). Junto al propio Louis C.K. ha escrito esta serie que va sobre ser mujer, actriz, vivir en Los Ángeles y ser una heroína de la familia monoparental. Humor ácido, visión irónica, risa mezclada con llanto y, sobre todo, la presencia de Pamela Adlon que nos ha demostrado siempre que puede darle empaque y realidad a papeles por muy descarnados y sufridos que sean.
Smack the pony (1999-2003)
¿Qué puede ofrecer una serie de TV cuyo título es una expresión en slang que se traduce como “masturbación femenina? Pues un montón de cosas. Las cómicas Fiona Allen, Doon Mackickhan y Sally Philips eran las protagonistas absolutas de esta serie de sketches sobre relaciones, lesbianismo, trabajo e interacciones sociales fallidas. Todo con mucho surrealista y, en un momento, en que lo normal era que no viéramos este tipo de chistes contados por mujeres. La serie jamás se estrenó en nuestro país (aunque hubo un intento por adaptarla con actrices patrias que no llegó a buen puerto) y permanece inédita hasta hoy para la gran audiencia pero no para algunos avispados que fusilan sus sketches sin piedad en sus espectáculos y programas (no señalaremos culpables).
Las chicas de oro (1985-1992)
Sí, una de las series más cómicas de los años 80 estaba basada en la vida diaria de cuatro jubiladas que compartían una casa en la soleada Miami. Llegaron a ser tan famosas que hasta Julio Iglesias hizo un cameo. Una serie para jubilados, pensada para jubilados que, sin embargo, saltó barreras generacionales y se convirtió en un ‘must’. La seductora Blanche, la despistada Rose, la cerebral Dorothy y, sobre todo, la dicharachera Sofia hicieron las delicias de grandes y chicos y, de paso, nos hicieron reflexionar sobre los problemas de hacerse mayor. ‘Las Chicas de Oro’ ganó un buen chorro de premios, globos de oro y los entonces denostados Emmy, y se convirtieron en un referente de la cultura popular por el camino más raro: chistes de ancianas.
El Show de Sarah Silverman (2007-2010)
Si ves un rato este programa te darás cuenta de que acabas de entrar en la ‘Dimensión Silverman’, una realidad paralela donde todo es una metáfora de lo que está dentro de la cabeza de la cómica. Tan inteligente como chiflado el humor de la Silverman nos traslada directamente al surrealismo y, un poco, a soltar las cosas serias con un tono como de “pasaba por aquí y esto no tiene ninguna importancia”. Y eso atañe igual a chistes sobre el Holocausto, judíos que se compran coches alemanes o limpiar las cacas de tu fea mascota. En resumen: un talento inusual para disparar la carcajada de forma aparentemente inocente. Por debajo fluye el genio y la carrera de una cómica que se ha abierto camino en un mundo básicamente masculino y ha sabido marcar su territorio.
New Girl (2011)
Reconocida como una de las referencias del “indie” norteamericano Zooey Deschanel, que interpreta a Cece, deja en esta serie de la que es protagonista absoluta la sensación constante de que, detrás de cada chiste aparentemente tontorrón, hay toda una enseñanza sobre nuestras torpezas más comunes porque de eso va este invento, de ser un poco torpe o de que somos la generación más torpe de la historia. En la línea de la desaparecida ‘Happy Endings’, ‘New Girl’ pretende ser un pasatiempo divertido con el que identificarte todo el rato. Como consigue entretener, diremos que es un gran pasatiempo, que nada rechina, que todo está en su sitio y que nos encanta.
The good wife (2009-2016
Los espectadores no esperaban mucho de una serie que parecía que se iba a mover por caminos muy convencionales: Alicia Florrick (Julianna Margulies) es una mujer que dejó su carrera de abogada para ser la esposa de Peter Florrick (Chris North) que se convirtió en Fiscal del Estado. Cuando este termina entre rejas ella tiene que tomar las riendas de su vida personal y regresar a su vida profesional sin que le tiemble el pulso. Nadie esperaba una descarga de tensión y mal rollo tan importante como la que desplegó la serie durante siete años. Una gozada para pasarlo mal mientras lo pasas bien y enterarte de lo complicado que es moverse en ciertos niveles de poder.
Las chicas Gilmore (2000-2007)
Lorelai es una madre soltera que cuida de su hija, Rory. Ambas viven en el pueblo de Stars Hollow en Connecticut. A partir de aquí hubo material suficiente para tirar siete temporadas y tratar temas que, hasta la fecha, habían quedado lejos de las preferencias de las comedias familiares americanas. El éxito fue tanto y el recuerdo tan bueno que Netflix estrenará nuevos episodios de la serie el 25 de noviembre de este año centrándose en los cambios de la relación madre e hija pero manteniendo el tono original que tanto deleitó a la audiencia.
Sexo en NY (1998-2004)
O la quieres o la odias. O te parece una petardada infame o la tienes en un altar. Así es una de las series que ha tenido la evolución más rara de la historia de las series de HBO: De producción que pretendía ser un mosaico de vivencias sexuales femeninas a referente del mundo de la moda. Pese al cambio la serie siguió tratando temas como el cáncer de mama, la adopción, la maternidad y otros tantos temas de interés que no quedaban tapados por el, teórico, despliegue de glamour. ¿Merece estar en una lista de series de referencia? De lo que no dudamos es de que, para bien o para mal, marcó una época y un estilo.
Buffy, Cazavampiros (1997-2003)
Pocos han visto la película del mismo nombre en la que se basó la serie y que se estrenó en 1992. Cinco años después se convirtió en un éxito que tuvo hasta su propia spin-off (‘Angel’) y que nos descubrió que las chicas también podían pegar mamporros y salvarnos de la amenaza vampírica. Entre medias Buffy (Sarah Michelle Gellar) nos hacía volver a tener fe en las producciones de género de la televisión con un ritmo brutal y una puesta en escena muy cinematográfica y, algo mucho mejor, el espectador medio de producciones de terror conectaba por primera vez con un personaje femenino que no se pasaba el metraje dando gritos y corriendo.
Broad City (2014)
Abbi Jacobson e Ilana Glazer son las protagonistas y creadoras de esta serie que tiene como objetivo demostrar a la audiencia masculina que las mujeres pueden ser tan chaladas como cualquier otro tío y tener una vida tan errática como ellos. Surrealismo costumbrista es lo que gotea de cada uno de los episodios de esta serie que, a ratos, parece un reel de tomas censuradas de ‘Girls’ y, a veces, una parodia de ‘Sexo en NY’ y, casi siempre, una descabellada máquina de hacer reír.
Hit and Miss (2012)
Sigue siendo un misterio para cualquiera que haya visto los únicos seis episodios de la única temporada de esta serie que no tuviera una continuación. Una producción brillante, dura, extrañamente retorcida y tan honesta debería de haber contado con, al menos, quince temporadas más. La cosa no podía ser más imaginativa: Mia (Chloë Sevigny) es una transexual que trabaja como asesina a sueldo. Un golpe del destino la obliga a volver a la finca familiar para encargarse de sus hermanos y hermanastros y se verá en la tesitura de qué camino tomar y se le van a permitir hacerlo. Solamente el primer episodio de la serie te quita la respiración. Recomendamos encarecidamente su visionado.
Fleabag (2016)
Una de las sorpresas de este año. Una pequeña producción de seis episodios que va de la historia de Fleabag (Phoebe Waller-Bridge) una joven que intenta encontrar su sitio en la ciudad de Londres tras sufrir una gran tragedia. Cáustica, chunga a veces, irónica y, también muy divertida es esta serie con la que no tenemos ninguna duda, seas hombre o mujer, vas a identificarte de pleno porque la vida moderna es así y no la hemos inventado nosotros.
Por Ángel Ramos