Breve retrato de la prolífica y talentosa escena de “los chinos y las latas”
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Por Fita Morales. Fotografía por Felipe Hernández.
Son jóvenes, nacidos en la década de los 90, son amigos, les gusta divertirse, tienen talento y no paran de hacer cosas, muchos de ellos varias a la vez: música, ilustración, cine, vídeo, fotografía, fanzines, webzines, sellos discográficos… Son lo que Álvaro Cobarro, mallorquín, editor de La Voz en Color e ideólogo del sello del mismo nombre, mánager de Los Wallas, pinchadiscos de la Vía Láctea y promotor, describió en un artículo como la escena “de los chinos y las latas” (en el barrio de Maravillas lo de las latas vendidas por orientales es un fenómeno, en una noche se llegan a despachar hasta 20.000).
“A mí me encantan los bares, ojo, pero hace referencia a las horas que pasamos un grupo de amigos en Malasaña, en concreto un poco más arriba de La Vía Láctea. Aún así, no me gusta llamarlo escena”, dice Cobarro, “Hay subgrupos o subescenas. En Madrid hay una escena underground muy potente pero atomizada, cada uno va con sus amigos, no es un apoyo constante y general como pueda pasar en Barcelona, donde a un concierto de Mujeres van todos los grupos de Barcelona, allí hay más apoyo entre bandas. Aquí tienes la escena de La Vía Láctea, la escena del Rock Palace, la escena de Pandora’s Vox [estos dos últimos, locales de ensayo]… Eso sí, los de la subescena se apoyan conjuntamente”.
La que nos atañe es una escena endogámica –entre todos podrían abastecerse, y lo hacen, a nivel artístico–, hedonista, inquieta y currante. Por edad, descaro, ambición, espíritu de háztelo-tú-mismo y localización geográfica podrían ser herederos de muchos grupos de la Movida Madrileña.” Esa escena existe, son un grupo de unas 30 personas, muy jóvenes, menores de 25 años y con un nivel creativo alto, son un soplo de aire fresco”, dice Joan, que desde Ground Control lleva las carreras musicales de Deers, The Parrots y John Gray.
Fotogalería: Los Nastys; The Parrots; Trajano; Carlotta Cosials, de Deers, rodeada de amigos; y los Wallas; todos pertenecientes a -o en la órbita de- la misma escena malasañera, la de los “chinos y las latas”.
El máximo exponente musical son las Deers, grupo femenino de pop garagero que en apenas un año ha pasado de ensayar en el salón de su casa a salir en el New Músical Express, grabar con The Vaccines, actuar en festivales internacionales y salir de gira con The Libertines. “ Todos sabíamos que Carlota y Ana tenían muchas ganas, se les critica mucho porque están buenas pero ensayan como bestias, se curran muchísimo la comunicación…”, apunta Cobarro. De la pandilla y alrededores han salido The Parrots, Los Nastys, John Gray y, un poco antes, Los Wallas, Trajano o Juventud Juché, nombre significativos para todo el que esté familiarizado con la escena musical independiente.
El colectivo no se queda sólo en lo musical. Están los fotógrafos Miqui Brightside, Larry Balboa y Hache, los chicos de la webzine y promotoraIncallin, la ilustradora Lucía Cordero, la productora Corleone Films, los cortometrajistas Sergio Beator y Guillermo Martínez, que también llevan la web The Beat-TV (“Breaking down spanish youth culture” es su eslógan), la gente de Vampa, dedicados al diseño gráfico y producción musical… “En España a la gente joven se le ve como demasiado joven, nosotros somos gente joven que da un golpe en la mesa y piensa que no tiene por qué ser así”, sentencia John Gray.
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