Steven Spazuk es un ¿pintor? canadiense que ha hecho del fuego su herramienta de trabajo. Lleva 14 años desarrollando un arte en el que la espontaneidad y la improvisación son determinantes. Llama, hollín y lienzo, así es su modus operandi.
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Te hemos oído contar que esta idea de pintar con el fuego te vino por un sueño, ¿cómo fue eso?
La idea de usar el fuego vino en forma de sueño. Eso fue en 2001, y desde entonces, en esos 15 años, he utilizado la llama de una vela como pincel. Las marcas que realizo en el papel no son quemaduras sino trazas de hollín, un sutil bosquejo de carbón negro. Aunque la idea llegó a mí en forma de sueño, esta técnica del Fumage ha sido empleada en el arte desde hace mucho tiempo. Lo que yo he hecho es intentar explorar el potencial creativo de este procedimiento.
¿Y cómo lo haces? ¿Cómo consigues que no acabe todo el trabajo en una bola de fuego?
Cuando la llama entra en contacto con el papel crea trazos de hollín, nunca llega a quemarse, porque la llama de la vela no permanece en un único punto el tiempo suficiente para que prenda fuego.
¿Alguna vez has tenido algún accidente?
El único accidente que he tenido ha sido cuando se me cayó una gota de cera en el ojo. No hubo ningún daño importante pero sí me asusté bastante.
¿Cuáles son tus referentes artísticos?
Soy un gran fan de Chuck Close y el joven Dalí ha sido durante mucho tiempo mi artista favorito. Ahora hay muchos genios que me inspiran… Pero debería aclarar que es en la naturaleza donde encuentro realmente la inspiración.
¿Sigues la escena artística española?
Todo el mundo conoce a los pintores españoles: El Greco, Velázquez, Dalí, Goya y Picasso forman una lista casi infinita de españoles relevantes… En realidad, es probable que conociera algunos artistas contemporáneos españoles antes incluso de saber que eran españoles. He conocido personalmente a Isaac Cordal en mi galería de Montreal (Galerie C.O.A.) y me gustaría profundizar más sobre la obra de Almudena Lobera.
¿Has expuesto en España?
Aún no.
El fuego es un elemento con un punto atávico que nos retrotrae a millones de años, pero ¿qué es el fuego para alguien como tú que trabaja con él?
Inspiración. El fuego calienta e ilumina, pero también puede traer dolor y muerte, así que su significado simbólico varía enormemente dependiendo del contexto en que se usa. Yo, normalmente, lo utilizo para hablar de la fragilidad de la vida. Explorar esa fragilidad es la esencia de mi trabajo como artista de fuego.
El trazo de hollín en el papel es extremadamente frágil y puede ser alterado fácilmente por cualquier contacto. Cualquier cosa que toque o roce el hollín dejará su marca.
Tu manera de trabajar es espontánea, no usas bocetos antes de crear, ¿no es un poco arriesgado?
La casualidad y la espontaneidad me interesan mucho porque para ser feliz hay que sentirse libre. Cuando estoy en el estudio, no sé lo que va a salir de ahí, y eso es precisamente lo que me hace disfrutar. Dejo que el dibujo emane sin ningún tipo de control. Pongo la llama en el papel y dejo que brote la figura. Buscando la forma abstracta espero a que emerja la figurativa, como cuando era un niño contemplando las nubes. Siento que necesito hablar sobre mis preocupaciones, la fragilidad de la vida y el lugar que ocupamos en el planeta. Aunque también es verdad que mi proceso de trabajo ahora es más preparado y menos espontáneo que antes.
Háblanos de los retratos: ¿Quiénes son? ¿También están realizados con esta técnica?
Sí, todo sigue la misma técnica. Muchos de ellos son de gente que he conocido o que son próximos a mí. Danielle, por ejemplo, es el retrato de mi amor. Cuando tenía 48 años le diagnosticaron cáncer de pecho, pero el miedo y la preocupación se vieron rápidamente eclipsados por la inmensa gratitud que tenemos por nuestro amor. Danielle se enfrentó a un largo y doloroso proceso para vencer el cáncer: quimioterapia, radioterapia, mastectomía… Esa batalla ha dejado una cicatriz que recuerda el paso del cáncer por nuestras vidas y también nuestra brillante victoria sobre la oscuridad de la enfermedad. En su retrato intenté reflejar los mechones de cabello que perdió durante la quimioterapia y también resaltar la luz de su rostro.
¿Tienes que ser especialmente cuidadoso en el estudio para no provocar un incendio?
Lo único que necesito es que esté todo ordenado y libre de polvo.
El fuego es algo hipnótico, ¿hay algo que podrías estar contemplando quemándose durante horas?
El cobre.
Además de retratos, también vemos muchas aves en tu obra.
Uso los pájaros para representar la fragilidad de la naturaleza.
¿Cómo cambió tu vida el fuego desde un punto de vista personal o profesional?
Me cambió completamente, me dio una voz única.
El camino que toma el hollín es tan aleatorio como el camino que toma un pez en el agua o un pájaro en el aire. La espontaneidad y el azar hacen que mi proceso creativo sea eficaz. Uso la serendipia como un lienzo en blanco partiendo hacia un destino desconocido. En los últimos segundos antes de encender la vela, no sé hacia dónde me llevará.
¿El color está desterrado de su obra?
Algunas veces uso colores, pero me siento más atraído por las imágenes en blanco y negro, entre otras cosas porque la llama sólo es capaz de crear negros.
¿Ha creado escuela?
Cuando empecé en abril de 2001, no pude encontrar a nadie que hiciera algo parecido. Ahora, con el crecimiento de internet, he conocido algunos artistas que trabajan en una línea similar: Wolfgang Paalen, un artista surrealista de los años 40, hizo algunas obras con la técncia de Fumage. También están Jiri Dokoupil, Jean-PaulMarcheschi, Zeta Paitaridou, Marc Garneau… Algunos de estos artistas han inspirado mi trabajo.
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